Unas vallas separan dos mundos. A un lado la infancia, a otro y la herencia que les hemos dejado los adultos. . Fuera queda un demoledor presente. Dentro la posibilidad de que sean ellos los artífices del cambio.
Coche, ¡NO!
Bici, ¡SÍ! ¡Triciclo, también!
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